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dimarts, 2 de maig del 2017

Héctor Abad Faiciolince (2014) La Oculta. Madrid: Alfaguara

El autor en La Oculta. Fotografía de El País.

La finca familiar de La Oculta, ganada con el sudor de la frente a la selva es el fruto de una de las pocas utopías igualitarias que conozco.

“… una promesa de felicidad, una especie de comuna de hombres libres, todos con tierra, todos propietarios sin envidia, con algunos días al mes de trabajo comunitario.”

Palabras bellas para plasmar las sensaciones de estar en el lugar exacto donde una vida tiene arraigo.

“… es el paisaje que tengo metido en la cabeza…” Con momentos de simbiosis con la vida que son “…instantes luminosos que solo se parecen al éxtasis que se siente en ocasiones con ciertos cuadros y con cierta música.”

Palabras con imágenes para expresar que este lugar es tan único e intransferible que puede ser curativo:

“Tirarme otra vez al lago fue… como superar una fobia, como sacar del cuarto negro con los dedos una mariposa negra, viva, como coger una culebra venenosa con la mano.”


El lago de la finca. Fotografía hallada en http://undialeiunlibro.blogspot.com.es/2015/07/hector-abad-faciolince-la-oculta.html

¿Estamos ante la reivindicación del valor burgués de la propiedad o ante un sentimiento ancestral propio del ser humano sedentario?

Mantener la propiedad de La Oculta tiene un alto precio para la familia y además genera mala conciencia:

“La propiedad es un dolor de cabeza y una injusticia: la propiedad nos vuelve cicateros y amarrados.”

Así y todo, la nostalgia, el dolor del regreso, de aquel cielo tan azul como el de los cuadros de Fray Angélico y de “una alegría tranquila, una compenetración con las montañas, con los ruidos, con los infinitos” impulsa a Antonio a querer escribir la historia de sus antepasados porque:

“Recordar es como un abrazo que se les da a los fantasmas que hicieron posible nuestra vida aquí.”

Literatura dentro de la literatura.

De la misma manera que leer una novela leída y subrayada por “ mi papá era como volver a conversar con él a través de la historia del libro”.

Documentarse y redactar la historia de La Oculta es dar sentido a una manera de entender la vida, ya que el mundo está lleno de Ocultas.

El amor por la tierra se compara con el amor por la pareja y escribir sobre este mundo en desaparición sirve :

“…para saber de dónde vengo o mejor, para poder contarlo y reemplazar con palabras lo que no he podido realizar con los hechos, para tener al menos un hijo de papel.”





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